viernes, 12 de diciembre de 2008



(menos humos cafetera)

El Accidente

escena I
Las Preguntas

(Interior de una casa típica del centro de Norteamérica, solitaria, con un gran porche blanco. La pared del porche sujeta instrumentos hechos de cristal y latas viejas que emiten un silbido al pasar el aire entre ellos. El interior está un poco descuidado, es una casa muy antigua, las mecedoras de fuera están agrietadas por la lluvia, y el parqué del suelo suena incluso cuando no hay nadie caminando por las baldas. Está atardeciendo y el Sol se cuela por debajo de los árboles. Una mujer accede al porche, llama una vez sin obtener respuesta, llama dos veces sin obtener respuesta, se asoma por la ventana y observa una sombra que se acerca.)

Ella.-
Buenas tardes, perdone necesito ayuda, mi coche se ha averiado. Le importaría dejarme hacer una llamada. Es la única casa que hay en muchos kilómetros y…

Él.-
Por supuesto, no es la primera vez que ocurre, esta carretera es muy mala y suelen ocurrir algunos accidentes. Quizá pueda ayudarle ¿Dónde se le ha parado?

Ella.-
A unos 20 minutos andando he visto su casa desde lejos.
Pero no se preocupe mi seguro lo cubre todo.

(El hombre le indica el teléfono y la mujer se dirige hacia él, lo coge y comienza a marcar un número)

¿Sí?, hola buenas, verá mi coche se ha estropeado… si…

(La mujer comienza hablar más bajo de modo que nos impide escuchar la conversación. Finalmente cuelga el teléfono y se dirige hacia el hombre)

Ya está, muchas gracias, no tardarán en venir.

Él.-
Estas cosas suelen ocurrir siempre en el peor momento ¿Hacia dónde iba?

Ella.-
A casa de mi hija, vive en el pueblo de al lado.

Él.-
Bien

Ella.-
Bien. Bueno estaré fuera no quiero molestarle.

Él.-
No tranquila, no es ninguna molestia. Esta casa está demasiado lejos de todo. Y desde que vivo solo viene bien hablar con alguien.

Ella.-
¿Vive solo aquí? Es una casa enorme.

Él.-
Ya, no siempre he vivido solo, antes vivía con mi esposa y…

Ella.-
Ahm, y ¿Qué ocurrió? Bueno, disculpe, no debería preguntar.

Él.-
No importa. Murió.

Ella.-
Lo siento, de veras, no debería haber preguntado.

Él.-
De verdad, no importa, esas cosas pasan.

Ella.-
Es cierto, se lo que significa que te pregunten por alguien que ya no está. Mi marido nos abandonó a mi hija y a mi cuando ella solo tenía 3 años. Se fue de casa. Sé que no es lo mismo, pero bueno yo tampoco le he vuelto a ver, y le quería.
Durante todos estos años he aguantado como me preguntaban por él, qué dónde estaba, qué si tenía noticias de él,…
Los primeros años fueron horribles, nunca supe que contarle a mi hija, empecé contándole que su padre era pescador en un gran barco y que surcaba el pacífico, y que algún día regresaría. Pero ella fue más lista , y perdió la esperanza incluso mucho antes que yo, a veces todavía me creo esa historia que le contaba, y es mi hija la que me ayuda a superarlo.
Perdone cuando estoy nerviosa hablo mucho. Creo que debería irme. Además no creo que tarde mucho en llegar la grúa.

Él.-
No, por favor, espere aquí, fuera hace mucho frío. Siéntese y quítese el abrigo.

Ella.-
Gracias.

(La mujer se quita el abrigo y lo deja encima de una silla, sigue andando por la casa mientras la observa detenidamente. Es una gran casa, con una gran escalera que sube a un primer piso y puede que a un segundo, todo parece de madera y está decorado de un modo antiguo. La pared está llena de fotos, pero hay una que le llama especialmente la atención. Una mujer con dos niñas bajo un gran árbol que cree resultarle familiar)

¿Es su mujer? (le dice señalando la fotografía)

Él.-
Sí, mi mujer y mis hijas.

Ella.-
¡Ah! ¿Tiene hijas?…

Él.-
Iban en el mismo coche.

Ella.-
Lo siento. Dios que estúpida soy. Pregunto demasiado. No pretendía en ningún momento…

Él.-
Ahora ya está, no se preocupe. Hoy hará 4 años, el tiempo comienza a curar.
Bueno y ¿qué es exactamente lo que le ha ocurrido a su coche?

Ella.-
Simplemente se ha parado.

Él.-
¿Sin más?

Ella.-
Sí, sin más.

Él.-
¡Qué extraño! ¿Cree usted que será la gasolina?

Ella.-
Me hubiese dado cuenta, además llené el depósito antes de salir.

Él.-
(Sonríe)
¿Y a qué se dedica usted?

Ella.-
Soy farmacéutica. ¿Y usted?

Él.-
Me dedico a la agricultura, a la ganadería,… a esta casa en general.

Ella.-
La tiene preciosa.

Él.-
Gracias, pero no es cierto, está un poco descuidada.
Parece que tardan en venir ¿Tiene usted prisa? ¿Quiere que le acerque a algún sitio? Tengo la camioneta ahí fuera si quiere puedo…

Ella.-
No de verdad, prefiero esperar.

Él.-
Pues entonces… ¿Quiere algo? ¿Un té? ¿Café? Tengo café recién hecho.

Ella.-
Muy bien tomaré una taza entonces.

el comienzo

Hagamos una pequeña introducción a algo tan sencillo como un Blog.
Relatos, teatro y poesía. Narrativa en general y fotografía formarán este espacio.