El frío hiela cada uno de mis pensamientos. Noto el frío que sube por mis pies descalzos cuando tocan el suelo. Como entra el viento helado por la ventana mal cerrada.
Como se ponen los pelos de punta como cunado una canción te emociona.
Ahora el frío es diferente, es mucho más agudo, es como el frío que sientes cuando alguien te dice que se marcha y no lo volverás a ver jamás.
Sueño cada noche contigo, apareces y desapareces entre la gente. Te veo entre la multitud y la lejanía, y cuando me acerco eres distinto, estás distinto, no eres tú.
Esta vez ya no es el frío de las manos, ni es el frío de los pies.
Esta vez es el frío de las venas y del corazón. Del corazón que palpita hielo y escupe escarcha.
Y de las venas que contienen nieve y riegan un cerebro de iceberg del que sólo vemos la punta y que espera a que llegue la primavera a su sangre.
Que llegue el verano a sus nervios.
Que llegues tú a su corazón.
Que llegue, que llegue.
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